¡QUÉ CARIÑO NOS TIENE AC/DC!



Antes de nada, explicar que en España hay un extraño vacío legal en la venta de artículos relacionados con grupos musicales. Las camisetas que se venden, por ejemplo, son compradas legalmente a los mayoristas (con sus impuestos y todo) y se venden legalmente en las pequeñas tiendas, pero este material “legal” no es "oficial", es decir, que no es el merchandising que venden directamente los grupos (esas camisetas de 30 o 40 euros), con lo cual, si el grupo tiene muy mala hostia puede requisar todo aquel material que no sea “oficial” aunque dicho material sea completamente “legal”.


Y ahora vean cómo actúan pobres bandas multimillonarias como, por ejemplo, AC/DC:

Cuando tocaron en primavera los multimillonarios AC/DC en Madrid, el día del concierto, mientras los músicos multimillonarios descansaban en su hotel, su mánager (multimillonario) pasaba el rato aburrido por la zona del Palacio de los deportes, donde esa noche sus músicos multimillonarios iban a dar su concierto con precios de entrada ¿"populares"? Casualidad o no, este personaje fue a parar al mercadillo permanente que hay en Felipe II, junto a las paradas de los autobuses; una vez allí descubrió que uno de los puestos vendía camisetas y otros artículos de su multimillonario grupo, lo miro todo bien y vio que ese material aun siendo “legal”, no era “oficial”, su multimillonaria banda no recibiría ni un duro por la venta “legal” de ese merchandising.


Como es lógico, la multimillonaria banda AC/DC no puede permitir que una tiendecita pequeña en un país en crisis gane cuatro duros “legalmente” sin que los pobrecitos multimillonarios se lleven un buen beneficio, así que, sin más, el representante de la banda llamó a la Policía, denunció a la tienda y requisó “tooooodo” el material relacionado con la multimillonaria banda AC/DC.


¿Pero eso era suficiente para que los multimillonarios se quedaran a gusto? ¡No! Interrogaron a los dueños de la tiendecita para saber dónde habían conseguido ese material "legalmente” y, una vez conseguida la dirección del almacén mayorista (que no es sino otra tiendecita que también está en crisis), el representante de la multimillonaria banda AC/DC se presentó junto con la Policía en la tienda mayorista, donde requisó cientos de artículos relacionados con su multimillonaria banda.


A las cosas por su nombre: AC/DC no tiene ningún reparo en arruinar la vida de pequeños comerciantes que se ganan “legalmente” y a muy duras penas un poco de dinero para vivir dignamente.


Ahora poned el nombre que queráis a estos sinvergüenzas o lamedles el culo y pagad una bestialidad de dinero para escucharlos en directo; y lo que es peor, decid (como oí varias veces por esas fechas) que AC/DC le tienen mucho cariño a España… ¡Por favor!, AC/DC tiene cariño a todos los países donde toca y más cariño le tiene si en ese país, por un simple concierto, cobran 70 eurazos por la entrada; y si en ese país la gente agota las entradas en dos horas y si, con la tontería y como tirándose el rollo, montan un segundo concierto para seguir cobrando otros 70 eurazos por entrada, y en ese país de pandereta vuelven a agotar las entradas en otras dos o tres horas... nos quieren mucho, sí, efectivamente, pero mucho, mucho…


Fueron y son un buen grupo de Hard Rock, ¡punto!, no los mitifiquéis y menos aún sabiendo lo malas personas que son.


Ahora esto va para esas personas que -almas cándidas- digan cosas como: "Es que el grupo no tiene nada que ver con eso", "es que AC/DC no creo que se enteren de esas cosas", etc. Pues a estas personas siento decirles que, aunque no sea Angus Young el que vaya con la Policía a requisar el material, el grupo sí sabe que ocurren estas cosas y las consienten. De eso podéis estar seguros.

Creo que no existe ninguna justificación para que AC/DC consienta estas actuaciones de sus lacayos, ninguna, y menos en este caso en que el tipo se jactaba incluso de ser su mánager. La cara oculta de los grupos no suele gustar a nadie, pero está ahí. Separadla de su música, como suelo hacer yo con la mayoría de los grupos, pero no la neguéis, porque eso es poneros una venda en los ojos para no ver la realidad.


Xabi I.

Parafernalia nazi, Lemmy, amarillismo y prensa hispana




Buena la lió, en estos tiempos de memez políticamente correcta, el tito Lemmy con las fotos promocionales de su último disco. Por supuesto, la noticia, como era de esperar, para la prensa cutre española, no es que una banda con más de 35 años de historia saque nuevo disco, sino -¡horror!- que su líder pose con una gorra de las SS.

Así se publicó en 20.minutos.es:

La Justicia alemana ha iniciado una investigación sobre Lemmy Kilmister, líder del grupo de hard rock inglés Motörhead, por posar con una gorra de las SS nazis en el diario alemán Ostfriesen Zeitung. De momento, todavía no hay una acusación formal.

El músico, que ha reconocido en varias ocasiones que es coleccionista de artículos y uniformes militares de estética nazi, podría incurrir en propaganda nazi, prohibida en todo el estado, según recoge El Mundo. De cometer delito, las penas oscilarían entre tres meses y varios años.

El artista se ha defendido asegurando que el uniforme es ‘brillante’ que eran ‘las estrellas del rock de esos tiempos’ y se pregunta si es nazi al portar un prenda de esas características y con una historia negra detrás.”

Bueno, estos lamemiembros de periodistas tendrían que tener en cuenta varias cosillas, pero, claro, eso sería si conocieran mínimamente la historia del Rock y la querencia que siempre ha tenido por la parafernalia nazi, porque, además, entre otras cosas, los uniformes nazis molan, qué coño. Que levante la mano el que de pequeño no quería tener el Geyperman de soldado alemán. Molan, como mola Darth Vader, como molan las pelis de Drácula, como mola cualquier villano de una buena película, y psicópatas como Hitler y su camarilla tienen su (morboso) atractivo. No en vano, los uniformes nazis estaban diseñados por una marca con mucho estilo. Investigad.

Pero me dispongo a comentar algunas de esas cosillas que estos periodistuchos, que se escandalizan porque este señor lleve un adorno que lleva treinta años portando de unos tipos que perpetraron una tragedia de hace 60 años, y que no se escandalizan porque unos hijoputas mandamases (uno de ellos, Bush, descendiente de un tipo que fue el banquero de Hitler en los U.S.A.) se harten a cenar ostentosamente para hablar del hambre en el Tercer Mundo.

Hay que tener en cuenta que el tito Lemmy nació justo al final de la 2ª Guerra Mundial, y en Inglaterra, algo que debió de marcar a los chavales británicos de por entonces. No solo eso, sino que el tipo es un erudito en historia y pertenece a la generación de Rock stars que utilizaron una imagen y una parafernalia, atractiva a la vez que provocativa, que no tenía la carga de hoy en día, al no haber neonazis dando el coñazo con sus gracias a todas horas en la prensa. Para Lemmy, al igual que para muchos otros rockeros de su quinta, el rollo nazi era más provocación que otra cosa, y simple estética malota.

La imaginería nazi siempre ha estado presente en el Rock desde los tiempos en que los Hell's Angels se trajeron a los USA todos los trofeos del enemigo, tras la gran contienda, hasta los uniformes nazis que lucía en algunas juergas Keith Moon, las gorras nazis de Jimmy Page, las esvásticas de Ron Asheton de los Stooges, las dos eses del logotipo de Kiss (cuyas cabezas pensantes son judías), la querencia por dagas alemanas de Dee Dee Ramone, la esvástica que lucía en su pecho Sid Vicious (y éste más que nazi, lo que tenía eran menos sesos que un mosquito), la cruz de hierro que gustaban de portar los Cult, o el águila de Saxon, de clara inspiración en el águila que solían mostrar los nazis. Eso sin contar las gorras de cuero de Mercury y Halford, de inspiración lederona homo, que a su vez es inspirada en los psicópatas de la raza aria.

Pero ahora, de pronto, en estos tiempos de hipocresía y corrección política, todo dios pone el grito en el cielo por una foto que en los setenta o los ochenta ni hubiera llamado la atención. Ya ven ustedes, un tipo al que le gusta Little Richard, que fue roadie y amigo de Jimi Hendrix, que ha tenido groupies y novias de todas las razas, que tiene una nuera de color, y que su mánager es judío, además de ser uno de los asistentes al funeral de su amigo Phil Lynott, de pronto, es crucificado en aras del sensacionalismo más penoso.

¿Saben estos periodistuchos tan concienciados de dónde procede la fortuna de un ricachón alemán, nacionalizado suizo, que dejó en herencia a su viuda una fundación de cuadritos? Eso es lo que debería de escandalizarles y no otras cosas.

Por cierto, si les duele la cabeza, tampoco usen aspirinas, ni compren coches Ford, por mucho que mole el Mustang.

Antonio Sánchez

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SOZIEDAD ALKOHÓLIKA

SOZIEDAD ALKOHÓLIKA – Mala sangre (Roadrunner)
Con un título explícito, muy acorde con la sensación que te corre por las venas cuando ves en los telediarios atrocidades insufribles como el genocidio palestino a cargo del criminal y terrorista estado israelí, o los bombardeos sobre la población civil, el quinteto de Gasteiz vuelve a poner el dedo en la llaga con su décimo álbum. Tras denunciar los Tiempos oscuros que vivimos en su anterior disco, vuelven a la carga con una renovada dosis de Metal abrasivo, denunciando la ‘Política del miedo’ a la que nos vemos sumidos, ‘Sangre al fin’ por ‘Dios vs Alá’. Mucho dolor y rabia contenida en estos catorce temas, con epílogo a cargo de los Violadres del Verso, rapeando en el bonus track, versión mix de ‘Política del miedo’. Las infames leyes de punto final dieron carpetazo a la ignominia franquista y al espanto vivido en Latinoamérica con las atroces dictaduras genocidas, perpetradas por "nuestros hijos de puta" (Henry Kissinger dixit). Soziedad Alkoholika lo recuerdan en ‘Punto y seguido’. Alguien escribió recientemente: "Hoy en día llamamos terrorismo a la guerra de los débiles y guerra al terrorismo de los fuertes". Está claro que los crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Beirut, Irak, Guantánamo o Afganistán les saldrán gratis a sus autores, nadie va a pagar por ello. Hoy más que nunca, Soziedad Alkohólika: grupo de combate, grupo de resistencia, grupo de denuncia, grupo de riesgo. Hoy más que nunca, gritar bien alto: ¡Stop Criminalización!
Fran Llorente

 
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